Evaluación clínica de producto sanitario y los datos clínicos

La evaluación clínica de producto sanitario se sustenta, y crece, en torno a los datos clínicos. Estos datos clínicos son los que deben asegurar un proceso objetivo, crítico y sistemático.

Evaluación clínica y los datos clínicos pertinentes

El fabricante de producto sanitario, debe planificar y documentar un proceso de evaluación clínica; como hemos visto en publicaciones anteriores.

Deberá determinar los datos clínicos disponibles pertinentes, así como los faltantes. Lo deberemos hacer con un análisis sistemático, continuado en el tiempo y objetivo de la literatura científica.

Esta última parte la direccionamos mediante el Seguimiento poscomercialización (PMS y PMCF). El objetivo es buscar el último conocimiento siempre para garantizar que, la capacidad de cumplir con la finalidad prevista por el producto sanitario, se confirme durante todo el ciclo de vida del producto sanitario.

El objetivo final es llegar a la conclusión de la seguridad y funcionamiento del producto sanitario, pero imprescindiblemente, que sean soportadas por datos clínicos; y que estos datos correspondan con el último conocimiento científico.

Proceso sistemático, objetivo y crítico

Algo que suele ser difícil de entender es que se trata de un proceso crítico. Deberemos considerar, y valorar, datos favorables, así como los desfavorables. Es muy importante integrar los datos desfavorables como parte del análisis, como fuente de un análisis objetivo.

En relación a esto, el fabricante es responsable de decidir la complejidad, profundidad y la amplitud del proceso de evaluación clínica. Deberá justificarlo, de nuevo, de una forma objetiva.

¿Es posible basar la evaluación clínica en dispositivos equivalentes?

Este es un asunto importante, clave en muchos casos, y de más de una respuesta.

Un producto sanitario únicamente puede basar su evaluación clínica en datos extraídos de dispositivos equivalentes cuando dicha equivalencia pueda ser demostrable de forma crítica y objetiva:

  • En base a razones técnicas. Cuando el producto responde a un diseño similar. Se utilice en condiciones similares, disponga de especificaciones técnicas y propiedades similares (especificaciones fisicoquímicas en especial). También cuando se implante de forma similar y cuando el principio de operación y los requistos críticos de funcionamiento también sean similares.
  • Respecto a sus características biológicas. Esto es que utilice los mismos materiales o sustancias en contacto y con los mismos tejidos humanos (o fluidos corporales) de contacto. Siempre que las características de contacto sean equivalente e incluso cuando los lixibiables y productos de la degradación sean equivalentes.
  • En relación a sus características clínicas. Sólo y sólo cuando las condiciones clínicas y finalidad clínica sean iguales (incluida fases y gravedad de la enfermedad). Cuando se trate en la misma parte del cuerpo, de una población similar y cuando el funcionamiento crítico y el efecto clínico esperado sean similares.

El fabricante deberá concluir, y documentar, la inexistencia de diferencias clínicas significativas conforme al MDCG 2020-5.

Destacamos que de acuerdo con el Anexo XIV de MDR, los datos aceptados y rechazados, favorables y desfavorables, deberán contenerse en la documentación técnica de producto sanitario.

CONCLUSIÓN

Es de extrema importancia que sea un proceso planificado (sistemático), objetivo y crítico. En base a lo anterior, deberá ser documentada por el fabricante del producto sanitario.

Es tan importante, o más, considerar los datos favorables, así como los desfavorables. Una justificación de esto, nos permite armar un proceso objetivo y crítico.

Es muy importante que todos los datos clínicos, en su totalidad, queden documentados como parte de la documentación técnica. Que sean fácilmente recuperables e identificables, conforme al propio MDR.

Para terminar, tenemos que destacar que sí es posible basar la evaluación clínica en datos clínicos provenientes de productos similares, pero este hecho debe absolutamente justificado y con extrema objetividad.

La evaluación clínica de producto sanitario

La evaluación clínica de producto sanitario es el proceso por el cual, el fabricante evidencia el cumplimiento de requisitos. Es responsabilidad del fabricante planificar (y finalmente documentar) el proceso. En él se alcanzan unas conclusiones objetivas, adecuadas y suficientes de la conformidad del producto sanitario.

Evaluación clínica e investigación clínica

Es el Art. 61 de MDR el principal referente respecto al proceso de evaluación clínica de producto sanitario. La evaluación clínica es aquel proceso sistemático, planificado (añadiríamos objetivo y finalmente documentado) para

  • generar,
  • recoger,
  • analizar
  • y evaluar

de forma continua los datos clínicos relativos a un producto para verificar su seguridad y funcionamiento, incluidos beneficios clínicos, cuando se utilice conforme a la finalidad prevista establecida por el fabricante.

Por su parte, una investigación clínica es cualquier investigación sistemática en la que participen uno o más sujetos humanos, efectuada con objeto de evaluar la seguridad y funcionamiento de un producto sanitario.

Por ello, es posible entender a la investigación clínica como la principal entrada (en determinadas circunstancias y bajo determinados casos) de evidencia clínica para el proceso de evaluación clínica que desarrolla un fabricante de producto sanitario.

Evaluación clínica y Requisitos Generales de Seguridad y Funcionamiento

Es por tanto el proceso de evaluación clínica de producto sanitario un proceso necesario para la confirmación de la conformidad del producto sanitario con los Requisitos Generales de Seguridad y Funcionamiento (RGSF o GSPR por sus siglas en inglés).

Las salidas principales, elementales, son:

  • conformidad con los GSPR en condiciones normales de uso y de acuerdo a la finalidad prevista,
  • evaluación de los efectos secundarios indeseables y
  • la aceptabilidad de la relación beneficio-riesgo del producto sanitario.

Por todo esto, a las mencionadas características de objetiva y sistemática (además de documentada) debe ser ejecutivo, concluyente y extremadamente claro y conciso.

El proceso de evaluación clínica de producto sanitario es la piedra angular que recoge las principales evidencias de cumplimiento y sobre el que se basan la vasta mayoría de especificaciones técnicas del producto sanitario.

Gestión de riesgos – evaluación clínica – evidencia y beneficio riesgo – seguimiento postmarket

El beneficio-riesgo del producto sanitario es la necesaria relación positiva entre el beneficio clínico VS los posibles riesgos inherentes al propio producto sanitario.

Esta relación, inicialmente, se basa en una hipótesis sobre la que el fabricante basa su proceso de diseño. Después, mediante la gestión de los riesgos y, siempre justificando en base a evidencia clínica, el fabricante elaborará una evaluación clínica.

En ella se documentarán las salidas mencionadas antes, que deben ser evaluadas durante todo el ciclo de vida del producto sanitario, mediante la información recolectada de la experiencia posterior al mercado.